Investigaciones sobre la estructura aporético-dialéctica de la eticidad

Con una descomunal capacidad de discernimiento, asombrosa erudición y energía de pensamiento despliegan las Investigaciones sobre la estructura aporético-dialéctica de la eticidad (1959) una fenomenología de las múltiples formas en las cuales la inquietud ética humana articula su autocomprensión. Estas formas se relacionan entre sí ante todo polémicamente por cuanto representan no solo interpretaciones diferentes, sino también sugerencias de formas de vida que son en gran parte mutuamente excluyentes, aun cuando es posible discernir una forma estructural común de la eticidad, que da cuenta de las condiciones de la proyección temporal de la existencia humana, del ensoñarse y del sentirse requerido. Son modalidades hermenéuticas, por cuanto interpretan por medio de conceptualizaciones y discursos diferentes sus posturas, que aparecen según el caso como libremente preferidas, o como dadas con el propio ser desde tiempos inmemoriales, o como fruto de una comprensión fundamental de la circunstancia englobante de la vida humana. Al mismo tiempo son  modalidades experienciales por cuanto determinan por su historial el valor afectivo que tendrán las diversas
posibilidades de conducta y de actitud que se adopten frente a sí mismo, frente a los demás y frente a la contingencia exterior.
Sambarino distingue cuatro modalidades hermenéutico-existenciales de la ética. Se podrá considerar  apropiado agregar alguna más, o considerar que una subdivisión dentro de alguna de estas dará cuenta de una distinción fundamental que no debe ser pasada por alto. Sin embargo, las divisiones que propone resultan
notablemente abarcadoras y permiten dar cuenta de dimensiones fundamentales de la vida moral. Como modalidad de la excelencia queda recogida la valoración de sí mismo como columna vertebral de la conducta propia.